Cada día, una de las labores que tengo, es la de pasar archivos y escribir la crónica para no olvidarme de lo vivido. A veces pesa mucho porque quiero descansar o simplemente mirar al cielo. Hoy estamos en Gerede con día de descanso obligado para las cuatro etapas duras que se vienen encima. Paso fotos a los discos duros y anticipo el segundo artículo, en el cuarto no hay cama y en el patio del hotel hay unas mesas que me sirven, pero entre la música y el deambular de la gente es complicado concentrarse.