
El día de Perugia paseamos por el centro histórico ubicado en lo más alto, ahí está una de las universidades más antiguas de Italia desde 1308. Entre tormenta y tormenta llegamos a una terraza que tiene vistas al este. Para llegar a ese balcón hay que pasar por el mercado cubierto de la Piazza Mateotti. Pequeño, tiene sólo tres puestos, una carnicería, una frutería y una pescadería. El sonido de los refrigeradores retumba en el techo donde está puesto el ventilador. Son horas de recogida y Patricia y Giancarlo limpian todo con mimo. No dudan en posar para la foto cuando les explico por qué grabo el sonido.