Estamos en Kosovo y quizá esta etapa esté siendo la más fea del viaje. Hasta la frontera la subida y el paisaje han merecido la pena, pero desde ahí ha comenzado a llover y han sido carreteras con mucho tráfico, mal asfalto, paisajes sosos y la lluvia, de esos días de transición en lo que lo único que escuchas es los camiones y coches pasar. Paramos en una gasolinera para comer algo y justo al lado una empresa que criba piedras, arena, grava para la construcción. Me acerco y grabo la máquina. Rápidamente se acerca un hombre a ver que hago, le explico y no duda en invitarme a pasar dentro a tomar café, la gente es amable, pero quedan 20km, llueve y queremos acabar la etapa.