
Acampar tiene un halo de aventura, de libertad, como todo tiene sus contras, pero se compensan con creces. Una de las cosas que tiene es que te haces la cena, quizá no sea lo más cómodo para trocear ni cocinar, pero estar sentado viendo el paisaje comiendo un plato que te acabas de hacer, le da mucho valor. Algún día grabaré el sonido de cocinar, pero hoy me quedo con el que hace nuestro camping gas, no es silencioso, la gasolina a presión sale por el conducto estrecho y al prenderse emite un ruido molesto al que te acostumbras, y el momento de apagar es placentero.