68KM 1025+
La noche en la casa ciclista has sido muy buena y el despertador de las 6:15 sienta como un tiro. Pronto tenemos todo listo y por primera vez desde España no tenemos que bajar ni un solo piso porque estamos a pie de calle. Esperamos a que lleguen Mert y Burak. Vienen a despedirnos a las 7:30, la verdad que ha sido un placer conocerlos y nos repiten que si necesitamos algo, les escribamos.
Tenemos que salir de Sakarya, que en el mapa parece una ciudad pequeña y tiene un millón de habitantes, así que nos lleva un buen rato y sudores salir del tráfico y las carreteras de dos carriles saturadas. En torno a los 10km pensamos que salimos a una vía secundaria y nada de eso, seguimos por dos carriles y alucinamos con las carreteras secundarias. Nuestra idea es parar a unos 22km para desayunar. El paisaje ha cambiado y nos acercamos a las montañas y la vegetación es más frondosa. Sigue habiendo campos, pero ahora predomina otro tipo de cultivo. El día está brumoso, pero hace mucho calor. Vamos llaneando pasando por pequeños pueblos en los que siempre destaca la mezquita.
Al llegar a Teketaban, justo se desvía la carretera donde hay una enorme pastelería. No podemos evitar entrar y comprar unos bollos. Nos dan paso a la cocina para mostrarnos la labor y da gusto verlos. En el bar de al lado tomamos un chai, al que nos invitan y seguimos camino.
A partir de ahí, la carretera alterna dos y un carril y el tráfico aunque escaso, no cede. De repente el paisaje se abre a un valle y seguimos el curso de un río. A la derecha se ven pequeñas casas y caminos que transcurren cerca y nos recuerda a las riberas egipcias donde hay plantaciones y vergeles cerca de los ríos. Por los caminos se ven pequeños motocarros que sirven de transporte de personas y carga, que suenan desde lejos como tractores en miniatura.
Hacia los 50km salimos de la carretera principal y esta vez sí, es una secundaria que pasa por pueblos pequeños. En el más grande, Dorkcurum paramos por todos los puestos de fruta y verdura que hay y donde se ve mucha vida en los bares y por la calle. Compramos un melón francés y sentados en un bordillo lo devoramos entero con la mirada y saludos de los hombres locales. Justo en ese momento llaman a misa y en procesión marchan hacia la mezquita. Lo cierto es que es raro ver a mujeres, casi todo son hombres que camino de la mezquita nos preguntan de donde somos y muchos hablan alemán de haber vivido allí y orgullosos nos muestran su dni. Después de comernos el melón, algunos frutos secos y descansar justo acaba la misa y regresan todos de nuevo, cientos de hombres que intuímos van al bar a tomar chai y seguir con las conversaciones pendientes.
Desde ahí tenemos 10km de puerto a las 14:00 de la tarde, mala hora, pero es lo que hay. No es muy duro, pero ascendemos más de 500+ y con el calor paramos a mitad de puerto en una fuente que nos llama con el sonido del agua. Sudamos por castigo, comemos algo y a terminar el puerto. El paisaje ya es más bonito, vemos montañas abarrotadas de árboles y al fondo la carretera de doble carril a la que nos incorporaremos mañana. Al llegar al alto del puerto, vemos una fuente, baños, un cubierto y el sitio es perfecto. La idea era avanzar 8km más, pero más vale pájaro en mano que dar tumbos en busca de un lugar como este. Tenemos comida y agua, así que aparcamos las bicis, nos comemos los sándwiches que teníamos, estiramos y hacemos la tarea. Cuando comienza a oscurecer montamos la tienda de campaña, ya que se nos ve desde la carretera y en ese momento las ranas comienzan su festival de apareamiento. Nos dormimos con la naturaleza en su apogeo.
Ruta en strava.
