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ETAPA 1 MUTILVA-SANGÜESA

45km 500+

Iniciamos un proyecto de año y medio en bici, una iniciativa así no se improvisa, llevamos años organizando el itinerario, los proyectos, ahorrando para nuestros gastos… Este proyecto nace de una propuesta lanzada por curiosidad, como quien dice que te parece si vamos al cine, pero el frontón devuelve la idea y parece que hay partido, entonces la idea toma forma y ya forma parte del mobiliario de casa y sin darte cuenta estás mirando lugares donde puedes construir un pozo y el Google maps a todas horas. Cinco años después a las 9:30 de la mañana de un 28 de abril de 2025 tomamos un pintxo de tortilla con varios amigos que han venido a despedirnos. A las 11:00 nos despedimos y ya no miramos hacia atrás, sólo hacia Tayikistán, fin del primer rumbo.

Después de una semanas donde el tiempo ha sido bipolar y a días hacía viento, lluvia, frío o tímidamente el sol, de repente amanecemos con un cielo despejado y buena temperatura. La primera etapa es fácil, suave en desnivel y siguiendo una carretera tranquila que nos conocemos de haber rodado muchas veces por ella. Cuando sales de casa para dar la vuelta al mundo, parece un día más de salir en bici. Nos han acompañado María y Mikel. La colza marcando el camino de baldosas amarillas hasta Sangüesa. En Idocin nuestros acompañantes nos han dado un abrazo y nos han quitado los ruedines, a partir de aquí ya solos.

Las piernas no están hechas, pocos entrenos por el mal tiempo, por los preparativos, poco descanso por los nervios así que aunque corta y suave, los músculos se quejan. No saben que esto será una constante durante mucho tiempo. Desde el alto de Loiti el asfalto favorece el ritmo y nos lanzamos, y de repente nos enteramos que media Europa está sin luz y todo en un caos. En la bici hemos desconectado y al llegar a la gasolinera no van los surtidores, y enfilamos el puente que cruza el Río Aragón, metálico, con la torre de la iglesia al fondo recibiendo nuestra llegada.

Ya hemos concluido han sido 45km y 500+, las habrá mucho más duras y ya podemos ponernos en forma. En mitad de la calle, Irina, una chica ucraniana es la hospitalera del albergue “¿sois peregrinos?”, nos explica los problemas con la luz y que nos registrará en papel. Dejamos las bicis, somos los primeros y escogemos la cama. Antes de ducharnos vamos a comer, espaguetis y arroz con leche, algo caro, pero el super no está abierto por el apagón.

Nos duchamos, estamos agotado, todo el cansancio viene de golpe, pero no echamos la siesta que nos habría gustado. Hacemos gestión de archivos, charlamos con el resto de peregrinos y se pasa la tarde hasta la hora de la cena, ahora si con el sistema restablecido. Cena y a la cama que no podemos con la vida. 

Resumen en strava.

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