Cuando llegamos a Point Noire, nuestro hotel esta a 20km de ciudad con tráfico y estrés. Algo alejado del centro. La habitación está bien y tenemos espacio. Pero como siempre ocurre, el sonido del día es muy diferente al de la noche. A veces es un bar con música, otras una avenida con tráfico y otras que la luz falla y el generador del negocio de abajo funciona hasta las 5:00 como si lo tuvieras dentro de tu baño. A ratos conciliamos sueño, pero esta vez ni el cansancio han sido capaz de contrarrestar ese ruido. Bajamos a la recepción y le pedimos que escuche el ruido en la habitación, dice que es un generador pequeño, pero al entrar suelta una exclamación, «Oh lala» y nos dice que al día siguiente nos cambiará de habitación.