Terminamos la etapa 106, llegamos a Omindamba, estamos a 12km de la frontera con Angola, pero pararemos un día para descansar y preparar todo. Desde que hemos entrado en África en los supermercados, excepto en las grandes ciudades, la poca fruta que encontramos es manzanas, naranjas, alguna piña, plátanos maduros y poco más. Pero en Outapi vemos sandía por primera vez en dos meses. La echamos de menos, su capacidad de refrescar, su dulzura. Intuimos que a final de etapa habrá puestos porque a lo largo de la etapa de vez en cuando vemos. A menos de un kilómetro del sitio donde dormiremos hay dos puestos. Dejamos todas las alforjas en la habitación y lo primero que hacemos es regresar a los dos puestos donde hay verduras, melones, sandías y papayas. Nos llevamos una de cada, nos han dicho que en Angola tendremos mucha fruta, pero aprendemos la lección de la parte euroasiática que no hay que dejar pasar un puesto cuando lo veas. Mientras compramos escuchamos los gorgoteos de un niño, debajo del puesto en un balde nos mira con sus ojos enormes, sonríe, juguetea y nos enamora.